Tutankhamón. Simulación de la realidad y aprendizaje


Estas navidades estuve con mi familia en la exposición sobre la tumba de Tutankhamón en la Casa de Campo de Madrid. Es una magnífica instalación que visitaron entre Mayo de 2010 y Enero 2011 270.000 personas. Reproduce, en 3000 m2, las cámaras funerarias y los tesoros del faraón más popular de Egipto. Desgraciadamente ya no está en Madrid y ha seguido su recorrido por Europa.

Yo fui a Egipto en 1992 en un viaje fabuloso. En el Valle de los Reyes visité 2 tumbas que me dejaron con la boca abierta (no la de Tutankhamón que en esos tiempos lejanísimos estaba cerrada). Nos acompañaba un guía local muy competente que supo estar a la altura con sus explicaciones sobre la cultura, la religión y el arte de la civilización egipcia. A raíz de ese viaje he leído mucho sobre todos esos temas por los que sigo interesada.

Por eso pensé que la exposición de Tutankhamón no me iba a impresionar porque “yo había estado allí” y nada puede superar la experiencia real. Posiblemente esto último sea verdad, pero la exposición sí que me impresionó. Reproduce exactamente lo que Howard Carter vio cuando a través de un pequeño agujero pronunció su famosa frase “Veo cosas maravillosas”. Vimos las cámaras mortuorias con los objetos distribuidos en la misma posición en que aparecen en las famosas fotografías en blanco y negro que hicieron los arqueólogos en 1922. Es impactante. Y luego, en una exposición “tradicional”, se pueden ver los objetos uno a uno, maquetas, el sarcófago y la momia. Una audioguía, incluida en el precio de la entrada, explica detalladamente todo lo expuesto.
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Nada es real. Todo los objetos son reproducciones. Y no tienes esa percepción cuando vas recorriendo la instalación. Es el recorrido más “pedagógico” que he realizado. Mucho más pedagógico, a pesar de no ser real, que un museo tradicional e incluso que la realidad. Porque en el caso de Egipto, la realidad actual no reproduce la realidad que queremos capturar. Las tumbas que yo vi estaban vacías, algunos de los objetos rescatados estaban en el Museo del Cairo pero habían perdido contexto.

Estoy segura que las simulaciones de realidad virtual cada vez más serán una fuente imprescindible de aprendizaje. Porque podrán reproducir experiencias tan pedagógicas y emocionantes como la que se vive en la exposición, pero serán menos costosas y más universales.

Si quieres conocer más cosas sobre la exposición haz clic aquí.

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